La piel es el órgano que nos sirve de primera barrera hacia el exterior. Gracias a su estructura y sus componentes, nos protege frente a los factores externos: el fío, la humedad, la sequedad… Por ello, es fundamental que la cuidemos de manera adecuada y con los cuidados específicos que necesite en cada momento.

Los pacientes que están siendo sometidos a terapias contra el cáncer, bien sea por quimioterapia, o radioterapia, deben prestar especial atención al cuidado de la piel para evitar posibles complicaciones.

Los efectos adversos cutáneos más frecuentes relacionados con los tratamientos oncológicos son los exantemas, las xerosis, las reacciones de fotosensibilidad y la radiodermitis, producida por la radioterapia. En todos los casos, las características de la piel cambian y se producen una serie de reacciones que ocasionan disconfort principalmente, y alteración de la barrera cutánea.

Estas alteraciones cutáneas conllevan cambios físicos, pero también influyen de manera negativa en el estado anímico del paciente. La aparición de sequedad extrema o de erupciones cutáneas vienen acompañadas de inseguridad, de “miedo a ser descubiertos” y de preguntas incómodas que quieren evitarse. Por ello, lo más importante de todo el tratamiento oncológico es el correcto cuidado de la piel, indispensable para estar bien por dentro, y por fuera.

En pacientes sometidos a tratamientos oncológicos es necesario seguir las siguientes pautas para mantener la epidermis en un estado óptimo:

  • Utilizar sustancias hidratantes de manera habitual, que restauren la barrera cutánea. Deben aplicarse cremas o leches corporales cada 12 horas y dejando al menos, 2-3 horas de diferencia con la sesión de radioterapia, en su caso.
  • Realizar baños de agua tibia, y evitar frotar. Utilizar jabones “sin jabón”, para no dañar la barrera de la piel.
  •  Secar suavemente, no frotar, ya que la piel se encuentra hipersensibilizada.
  • Evitar las exposiciones al Sol.

Actualmente existen diversos laboratorios con referencias destinadas exclusivamente al cuidado dermocosmético del paciente oncológico. Engloban desde cuidados faciales hasta cuidados corporales para mantener intactas las características de la piel. Las galénicas son ya, excepcionales, haciendo que una vez aplicado el producto cosmético se absorba de manera rápida, sin necesidad de masajearse, para evitar dañar la piel con el roce. Tampoco incorporan en sus composiciones ingredientes que puedan ocasionar irritaciones, utilizando únicamente activos calmantes, emolientes y restauradores de la barrera cutánea. Frecuentemente viene en envases especiales, que permiten utilizar los mínimos conservantes posibles, limitando su composición a los activos realmente necesarios para el cuidado de la piel.

Si eres paciente: No te descuides. Presta atención a lo que dice tu piel. Adelántate a los acontecimientos. Si estás siendo sometido a tratamiento oncológico, cuida tu piel.

Si conoces a alguien que esté siendo sometido a tratamiento oncológico, insístele en que el cuidado de la piel es lo más importante.

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